menuda lección


El otro día, a la salida del cole, iba con un grupo de niñas de 6 años.

Vieron a una bebita, una auténtica muñequita muy despierta, y se lanzaron a ella a hacerla monerías.

Querían acariciarla y besarla pero, en el estado en que llevaban las manos, mezcla de tierra y rotulador, podían convertir su vestido pastel en uno de camuflaje.

Así que les dije que "mejor no tocar”.

Entonces, ¿cómo la acariciamos? - me dijo una, mientras las demás me miraban como si yo fuese la madrastra de Blancanieves-.

Se pondrá triste y pensará que no nos gusta – dijo, para remate, otra-.

Púes es fácil – respondió, para mi alivio, una tercera, llena de seguridad- la besamos con los ojos.

Dicho y hecho: se puso a abrir y cerrar su par de ojos verdes.

Las demás la imitaron aleteando sus pestañas a toda velocidad lo que, lógicamente, provocó las carcajadas del bebé y de todos los que contemplábamos la escena.

Lo veis, ¡funciona! – decían en guirigay sin dejar de “besar”.

En ese momento la escena me resultó divertida pero en casa no dejaba de darle vueltas, había mucho de enseñanza.

Ellas lo tenían claro:

-         Necesitaban expresar su afecto al bebé. Es lo que los psicólogos llamamos vinculación y apego; acunar al bebé, cantarle, abrazarlo, besarlo, acariciarlo, son conductas emocionalmente nutrientes y conforman experiencias de vinculación. Un desarrollo emocional sano en el niño, y posterior adulto, pasa por contar con este tipo de experiencias.

-         “Se pondrá triste, pensará que no nos gusta”. Qué buena capacidad de empatía, de ponerse en el lugar del otro, de ser capaces de entender los sentimientos del otro.

-         Besar con los ojos. ¡Ingenioso! Eso es buscar soluciones. El lenguaje no verbal en los bebés es importantísimo, de hecho, ya que no saben hablar, es decir, ya que no tienen lenguaje verbal, lo que les queda es lo no verbal, sobre todo expresión facial y paralenguaje –tono, volumen, velocidad y ritmo de las palabras-.

-         Dicho y hecho. Tras la idea la puesta en práctica, la acción.

-         Imitación de  modelos. Aprendo con lo que veo hacer a otros, y así, ¡todas aletean sus pestañas!

-         “¡Funciona!”. Celebramos el éxito. Disfrutamos con lo que hemos conseguido, de manera que esa conducta se repite.

¡Menuda lección la de esas niñas menudas!
Un compendió de psicología, afecto y sensibilidad en una anécdota infantil.


"El aprendizaje es un simple
apéndice de nosotros mismos;
dondequiera que estemos, está
también nuestro aprendizaje".
W.Shakespeare

1 comentario:

Agatha CN dijo...

"Para entrar en el Reino de los Cielos tenéis que ser como niños..." y nos preguntamos ¿Por qué? pues principalmente por estas cosas... cada dia me gusta más trabajar con ellos..aprendes tú mucho más que ellos, estoy segura. Muchos besos.

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