Murallas de Piedra

Este Post es una colaboración de J.A. GONZÁLEZ.

Romeo.- “El amor me prestó sus alas, y desaparecieron todos los obstáculos. ¿Qué es para el amor una muralla de piedra? A todo lo que quiere se atreve… “
Romeo y Julieta. William Shakespeare. Acto II, Escena II.

Las artes en general y la literatura en particular nos transforman y nos conmueven porque intentan ir más allá de los límites de la realidad cotidiana y exploran en la mente humana lo que de imposible habita en nosotros, el más difícil todavía de la belleza o del horror. Poetas y cuentistas tratan de seducirnos con propuestas extremadamente bellas o extremadamente horribles, sea como sea siempre extremas. En ocasiones nos llevan de la mano a territorios que están más allá de lo verosímil para maravillarnos mostrándonos lo extraordinario de nosotros mismos. También nos muestran con tanta crudeza, con tanta fidelidad que nos cuesta reconocernos y nos parecemos irreales, ayudándo a alejar de nosotros y de la idea que tenemos del ser humano la crueldad y la vileza que a veces nos conforma.

El amor literario necesita ser tremendista para ser. Trágico, imposible, sufrido, pasional sin fin… porque necesitamos que sea hermoso sin fin. Y cuanto más trágico, más sufrido, más pasional… más literario y por lo tanto más hermoso y bello. Más romantico.

Es hermosísimo e infrecuente, por eso literario, que un gran amor supere murallas de piedra, que con sus alas se eleve y volatilice todos los obstáculos. Lo cierto es que es peligrosísimo pensar que para que un amor sea un gran amor necesita de altas murallas de piedra y de obstáculos propios de los trabajos de Hércules. El buen amor nos ayuda a enfrentarnos a los obstáculos pero no los hace desaparecer.

Si un amor nos trae mucha sillería y mucha muralla deberiamos salir corriendo. Un buen amor es más río que piedra.

Hay personas que en la busqueda del amor se sienten atraidas por las murallas y los obstáculos, mejor dicho, son especialistas en ignorar las murallas y los obstáculos porque para ellas esas dificultades constituyen la prueba de la grandeza de su amor y creen que con la megafuerza del amor basta.

En numerosas ocasiones sólo queda de esta ilusión las ruinas de las murallas y la desolación.

Julieta.- “¡Le amé demasiado pronto sin conocerle, y lo he conocido demasiado tarde!“
Romeo y Julieta. William Shakespeare. Acto I, Escena V.

Abramos los ojos, conocer nos ilumina y con luz se ama mejor.

Mercucio.- “Si el amor es ciego, rara vez dará en el blanco.”
Romeo y Julieta. William Shakepeare. Acto II, Escena I.

2 comentarios:

Anónimo dijo...

Artículo realmente bueno, vive Dios. Pero se escibe Shakespeare. Falta una "s".

RoSa Zamora dijo...

Ops!
Ya está puesta la "S" en su sitio.
GRACIASSSSSS

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