Gozo Compartido


Este Post es una colaboración de J.A. GONZÁLEZ.

Cada época del año transcurre fluvial, sorteando sus hitos, y los ritos que la hacen reconocible nos sitúan en el tiempo. Acaba el verano y recuento el cumplimiento de aquellos que año a año conforman lo vivido, aquellos que al fin y al cabo nos conforman a cada uno de nosotros.

Pensando en el tiempo que ahora termina caigo en la cuenta de que la esencia de las cosas que convierten la vida humana en un privilegio está constituida casi siempre por una alquimia especial cuyos ingredientes imprescindibles e inseparables son la inteligencia y el gozo. Pero no se trata de una mezcla cualquiera.

Algunas noches de Julio, cada Julio, asistimos varios amigos al milagro excepcional de la música de jazz en directo y contemplamos con una enorme envidia la maravilla de la inteligencia colectiva y el gozo compartido. Los músicos de jazz de nuestro concierto son maestros, virtuosos en su instrumento, y comparten con sus compañeros de grupo las destrezas malabares de la música a muy alto nivel. La maquinaria suena perfecta, cinco cerebros tocando y el tuyo conectado a ellos, siguiéndolos con atención. Sabes que tocan para ti pero que fundamentalmente tocan para ellos. De repente al final de una escala aparecen notas o acordes no previstos, se añade algo nuevo, alguien sonríe entre ellos sorprendido por un hallazgo, por un modo nuevo de resolver una frase. Están construyendo belleza de modo colectivo con sus inteligencias y están compartiendo la emoción del gozo.

Los seres humanos conectamos con otros inteligentemente, ese es el medio, el instrumento; sería triste y vacío que ahí acabase todo. Creo que el gozo de compartir para compartir el gozo es el auténtico fin de la inteligencia humana.

Hay obras humanas bellísimas pero únicamente se pueden compartir una vez acabadas: un poema, un cuadro, una novela, una escultura. La inteligencia y el gozo existen en ellas como actos individuales del artista y de aquel que posteriormente disfruta de la creación. Pero el ser humano no está diseñado para la individualidad. Hay momentos especiales en la vida del ser humano que lo elevan y lo engrandecen, y esos momentos siempre son momentos compartidos.

El amor  (de pareja, de amistad, paterno filial…) es esa obra de arte en la que todos podemos participar; el amor para ser, para elevarnos y engrandecernos, debe darse como un proceso colectivo de construcción inteligente de una realidad gozosa y compartida.

Paseaba hace muy poco por el Albayzin y de repente me sorprendí al contemplar la Alhambra desde un ángulo nuevo, con una luz nueva,  y mi primer impulso fue hacer una foto y enviarla a un amigo. ¿De que sirve la belleza si no te acompañan otros ojos al mirar? Gozo compartido, gozo inteligente.

2 comentarios:

B. Mallo dijo...

Hola J.A.Gonzalez: ¡¡¡QUE BONITO ESCRIBES!!! Es un gozo compartido un "saludo mañanero" aunque sea breve. Ahora, gozo inteligente... ya lo pongo en duda,porque soy bastante más tonta de lo que aparento. (¡¡Sonríe hombre!!)

J.A.GONZALEZ dijo...

Siempre es un placer sonreirte B. Mallo.

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