CUESTIóN DE TAPONES


“La esperanza tiene dos preciosos hijos: sus
nombres son enfado y valor; enfado al ver
cómo son las cosas y valor para no permitir
que continúen así.”
San Agustín

Hace unos días veía en televisión el caso de Iker, un niño de once años que desde su nacimiento sufre una enfermedad neuromuscular degenerativa que le hace estar en una silla de ruedas. Sus padres, buscando una mejor calidad de vida para Iker, quieren comprarle un bipedestador, aparato que le permitirá estar  en posición erguida un par de horas al día.

¿El problema? Como en muchos casos, el vil metal. Pero cuando falta un recurso, aparecen otros: ganas, motivación e ingenio. Y así, han comenzado a recoger tapones de plástico.
Si, tapones. Grandes y pequeños, de todos los tamaños; de bebidas o detergentes, de cualquier recipiente; azules, verdes, rosas,…
Necesitan recoger 30 toneladas de tapones para que Iker tenga su bipedestador. Son “sólo” 30.000 kilos de tapones. Se han puesto manos a la obra y ahora su causa es la causa de sus vecinos, de su barrio, su pueblo y poblaciones cercanas. En la foto veis a Iker con sus padres y sus tapones.

A veces nuestras metas, nuestros objetivos, nos resultan muy lejanos, casi imposibles de conseguir. Valoramos los recursos a nuestro alcance insuficientes, sin darnos cuenta, de que siempre existe una manera de alcanzar nuestros propósitos.
Si queremos algo, si, de verdad, lo deseamos o lo necesitamos, pongámonos en marcha, comencemos la acción.

Así, Iker tiene ya 6 toneladas. Cada día su bipedestador está más cerca. Tapón a tapón la mejora de su calidad de vida es una realidad.

Para más información os dejo web, y correo de Iker:

Para la reflexión:
¿Planteas tus objetivos de forma que te lleven a la acción o son simples propósitos e intenciones?

1 comentario:

Anónimo dijo...

Todo un ejemplo a seguir!

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