Autocontrol infantil


En la década de los sesenta, Walter Mischel, de la Universidad de Columbia, demostró la correlación entre la capacidad para controlar los impulsos básicos en la infancia y las características en la vida adulta. Estos estudios ponen de manifiesto la importancia del aprendizaje emocional en edades tempranas.

El vídeo ilustra el experimento, no dejes de verlo:


El test de la golosina: Autocontrol infantil por raulespert

Mischel "siguió" a los niños a los largo de treinta años y relacionó los resultados obtenidos en el experimento "de los 4 años" con su desarrollo adolescente y adulto.
Encontró que las diferencias emocionales y sociales que presentaban los adolescentes que a los 4 años fueron incapaces de reprimir sus impulsos eran extraordinarias respecto a los que optaron por aplazar la recompensa de la segunda golosina.
Así, los que a los 4 años de edad fueron capaces de resistir la tentación  eran adolescentes:
  • socialmente más competentes
  • afrontaban mejor las frustraciones de la vida
  • eran más responsables 
  • seguían siendo capaces de demorar las gratificaciones al perseguir sus objetivos.
Sin embargo, una gran parte de los adolescentes que de niños mostraron un comportamiento más impulsivo presentaban:
  • una baja autoestima
  • eran más indecisos
  • soportaban peor el estrés
  • eran más proclives a discutir y pelearse.
  • y, pasados todos estos años, seguían siendo incapaces de aplazar la recompensa.
Pero lo más sorprendente es que, cuando se evaluó a los niños al terminar el instituto, los resultados académicos de los que no supieron dominar sus impulsos a los cuatro años de edad eran peores.

La evaluación demostraba que al llegar a la edad preuniversitaria aquellos niños que fueron más pacientes presentaban:
  • una mayor predisposición al aprendizaje
  • razonaban y se concentraban mejor 
  • eran capaces de llevar a cabo los objetivos planteados con mayor decisión. 
  • Además, obtuvieron mejores puntuaciones en los SAT (Test de Aptitud Académica, examen preuniversitario).
Inteligencia Emocional

Todos estos datos nos indican que es necesario educar la impulsividad de los niños, y esto se hace cuando les enseñamos estrategias tales como:
  • darse instrucciones a si mismos
  • cambiar el foco de atención
  • visualizar las consecuencias que el aplazamiento de la recompensa tendrá
Hemos de impedir que el niño pase del deseo a la acción. José Antonio Marina 


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