
Pues nada más lejos de otras galaxias. Daniel Goleman popularizó el término Inteligencia Emocional y con él la difusión de la capacidad del ser humano de conocer y dominar sus propias emociones, y las ajenas. Gracias, Goleman.
Gracias por poner también énfasis en la necesidad de aprender a expresar los sentimientos que nuestro día a día nos provoca; expresar sentimientos desde la mesura y el control.
Desarrollar nuestra Inteligencia Emocional nos permite –tal y como Goleman postula- además de un conocimiento personal más profundo, en términos de desarrollo de potencialidades y control de la propia vida, un abordaje más eficaz en las relaciones interpersonales.
Empatía, comunicación, escucha activa, resolución de conflictos, asertividad…son las competencias que Goleman nos invita a mejorar para, en consecuencia, mejorar nuestra relación con los demás.
Posiblemente
Goleman no dice nada que no haya sido dicho ya por múltiples pensadores, filósofos, psicólogos… pero a él debemos la
divulgación de las claves para vivir la vida desde la plenitud del ser humano,
en lo intelectual y lo emocional.
"Las personas con habilidades emocionales bien desarrolladas tienen más probabilidades de sentirse satisfechas y ser eficaces en su vida, y de dominar los hábitos mentales que favorezcan su propia productividad; las personas que no pueden poner cierto orden en su vida emocional libran batallas interiores que sabotean su capacidad de concentrarse en el trabajo y pensar con claridad." Daniel Goleman
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