El Septimo Sentido

“Tal vez estemos haciendo algo mal. Tal vez estemos dejando sin educar una parte importante de la personalidad humana, precisamente aquella que debía capacitarnos para ser más felices.” José Antonio Marina

Oído, vista, olfato, gusto y tacto. Estos son los sentidos que nos enseñaron en el colegio. Cinco.

¿El sexto sentido? – títulos de películas aparte- es , como dice el dicho, el “menos común de todos”.

Hoy mi reflexión es sobre lo que llamo el séptimo sentido. Ese que es poco, poquísimo, utilizado y desarrollado por las personas  y que nos hace lograr auténtica conexión con el resto de los seres que nos rodean.

Es el sentido del “sentir los sentidos”; de la voluntad de sentir, a uno mismo y a los demás.

Este sentido, el séptimo, no es sino un catalizador de los cinco anteriores.

Quien lo tiene, cuando ve, mira; y cuando oye, escucha; y al tocar, siente; y si huele, capta la esencia; y con su gusto saborea a quien esta enfrente. Lo común, con un toque de séptimo sentido, se vuelve extraordinario, único.

Da, a quien lo desarrolla, la fortuna de generar un clima de cordialidad, armonía y energía. Del saberse en sintonía con el otro y al otro contigo.

Lo más curioso de este sentido, el séptimo, es que, aún estando a disposición de todos sólo unos cuantos se percatan de estar en posesión de él. Y son pocos los que trabajan para desarrollarlo al máximo.

Séptimo, número mágico, cómo mágicas son las consecuencias de actuar desde la voluntad de entender, contactar, y conciliar.

¿Eres tú poseedor del séptimo? Pues si.

La cuestión es: ¿Eres tú conocedor de ello?

Si deseas hacer magia sólo tienes que empezar a mirar, escuchar, sentir, saborear, degustar. . .