Para Leticia y Juan Carlos.
Adentro un diamante en ti
palpita,
late con furia, sin decoro
vibra,
como cuerpos, como luz, como
vida
cobijada en ti, nunca
escondida.
Mientras, tú, gruta, volcán y
manantial,
isla sorprendida por la luz
del mar,
te empeñas en un recuento
celestial,
y sola, sin entenderte,
tratas de amar.
Cuando su alma te eleve ya
nada será.
En ti, nada será más ser, más
tierno,
nada más inmenso te parecerá.
Sabrás, por amor, que ni mil
ni ciento,
que un tesoro no se deja enumerar,
que su orden es sólo un triste invento.
J.A. GONZÁLEZ
1 comentario:
Gracias a los dos por este regalo verdaderamente
emocional.
Cada estrofa lo dice todo, la canción todo un acierto.
¡Gracias!
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