MARCAS


Todos estamos marcados.
Desde que nacemos estamos marcados. A veces, incluso antes; niños no esperados que llegan en el peor momento o, por el contrario, deseados hasta la obsesión.

A lo largo de nuestra vida, circunstancias, sucesos, personas, lugares e incluso olores nos van marcando.

En el proceso constante, sin fin y apasionante que es el descubrirnos, a nosotros mismos y a los demás, nuestras marcas aparecen tarde o temprano.
La cuestión es en qué forma, de qué manera, esa marca ha hecho casa en mí;  ¿es huella o cicatriz?

Si, a veces aparece como huella. Esa que dejó un maestro de la infancia, un lugar de veraneo familiar, el perfume de alguien especial,…
Y otras queda como cicatriz. Un padre/madre poco afectuosos, una autoestima perdida por una asignatura incomprensible, una responsabilidad impuesta y vivida como una carga,…

¿Huella o cicatriz?

La huella es productiva, vivificante, es referente de nuestro estilo personal. Son los puertos a los que acudimos cuando estamos perdidos y desorientados, encontrando en ellos las respuestas que siempre han estado en nosotros. Nos dan fuerza para seguir y nos impulsan a mejor.

Las cicatrices, si no se han curado o lo han hecho en falso, si no se han convertido en huellas, continúan siendo heridas y aparecen con el dolor con el que se crearon. Nos abaten, nos empequeñecen y sacan lo peor de nosotros.

Pasar el dedo por la huella es reconfortante y dulce. Hacerlo por la cicatriz resulta nuevamente doloroso. Por eso evitamos tocarla. Huimos de quien pretende abrirnos la herida para ver que hay dentro. Preferimos vivir con ella, cuidar de que nadie la toque, de que no se vea, de que no se nos note. Dedicamos mucha atención a nuestra cicatriz. Demasiada energía para lo que nos sigue haciendo mal.

No hay que ser valiente para enseñar tus huellas pero si estar lleno de coraje para descubrir, descubrirte, tus cicatrices y luchar por transformarlas.

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NO TE RINDAS . . . . .  Mario Benedetti

No te rindas, aún estás a tiempo
De alcanzar y comenzar de nuevo,
Aceptar tus sombras,
Enterrar tus miedos,
Liberar el lastre,
Retomar el vuelo.

No te rindas que la vida es eso,
Continuar el viaje,
Perseguir tus sueños,
Destrabar el tiempo,
Correr los escombros,
Y destapar el cielo.

No te rindas, por favor no cedas,
Aunque el frío queme,
Aunque el miedo muerda,
Aunque el sol se esconda,
Y se calle el viento,
Aún hay fuego en tu alma
Aún hay vida en tus sueños.

Porque la vida es tuya y tuyo también el deseo
Porque lo has querido y porque te quiero
Porque existe el vino y el amor, es cierto.
Porque no hay heridas que no cure el tiempo.

Abrir las puertas,
Quitar los cerrojos,
Abandonar las murallas que te protegieron,
Vivir la vida y aceptar el reto,
Recuperar la risa,
Ensayar un canto,
Bajar la guardia y extender las manos
Desplegar las alas
E intentar de nuevo,
Celebrar la vida y retomar los cielos.

No te rindas, por favor no cedas,
Aunque el frío queme,
Aunque el miedo muerda,
Aunque el sol se ponga y se calle el viento,
Aún hay fuego en tu alma,
Aún hay vida en tus sueños.

Porque cada día es un comienzo nuevo,
Porque esta es la hora y el mejor momento.
Porque no estás solo, porque yo te quiero.

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