Contagio Emocional


Hoy estamos frente a un nuevo paradigma que nos plantea necesariamente la complementariedad entre emoción y cognición.

Una persona con inteligencia emocional percibe su propia emoción y la de los demás; usa la emoción para facilitar el pensamiento y la acción y regula las emociones para promover el entendimiento y crecimiento.

Nuestro cerebro está diseñado para ser regulado no sólo internamente sino también externamente; emitimos nuestras emociones y captamos las de quienes nos rodean, llegándose a producir “contagio emocional”.

¡Si, las emociones se contagian! y la más contagiosa es la alegría y su expresión: la risa.

Si nos cargamos de emociones positivas podemos causar epidemias allá donde estemos.
Y, en cualquier caso, siempre te puedes dejar contagiar, ¿te dejas?.

Música que contagia …..


Como tú no hay dos


¡Ey tú!, que nunca miras hacia atrás,
que vas dejando rotas al pasar. ¡Quieto ahí!
Que yo ya estoy de vuelta.
Quizás me subestimas pero soy de esas con coco
y cuerpo de mujer mortal y cara de muñeca.
Si crees que vas a vencer, inténtalo otra vez.
Verás que ya te avisé, yo no sé perder.

Tengo mucha vida y este don de gentes, creo en mi misma, no es cuestión de suerte.
Tengo otro concepto de comerme el mundo.
Amor, como yo no hay dos.

Tu amor no es suficiente para mí,
ya no me quedan ganas de fingir que soy aquello que tú esperas.
Si crees que vas a vencer, inténtalo otra vez.
Verás que ya te avisé, yo no sé perder.

Tengo mucha vida y este don de gentes, creo en mi misma, no es cuestión de suerte.
Tengo otro concepto de comerme el mundo.
Amor, como yo…

Nunca he querido un hombre que me entienda,
que crea que el mundo sin él no da vueltas.
Hoy no aguanto más, apuro el trago y me voy buscando un subidón de pura adrenalina.
No insistas, no me sigas.

Porque tengo mucha vida y este don de gentes, creo en mi misma, no es cuestión de suerte.
Tengo otro concepto de comerme el mundo.
Amor, como yo…
Y es que tengo mucha vida, creo en mi misma.
Tengo otro concepto de comerme el mundo amor como yo no hay dos.

Platón vs Prozac




Lou Marinoff: Más Platón y menos Prozac, Ediciones B, Madrid 2001.

 Huye de difusos misticismos para enfrentar los problemas más comunes de la vida cotidiana, presentando 32 casos concretos.

Parte siempre de situaciones conflictivas vividas por personas normales, y resulta muy fácil ponerse en su lugar y comprender el problema desde dentro.
Una vez allí, el recurso a la filosofía se capta con facilidad.

Tú Decides


        
En una noche estrellada, un anciano de la tribu de los cherokee estaba enseñando a sus nietos a través de cuentos.

Les dijo: “hay una lucha dentro de mi, una lucha terrible entre dos lobos. Uno de estos lobos representa el miedo, el otro el amor. Esta misma lucha existe dentro de vosotros y de todos los demás.”
        
 Durante unos segundos, los nietos se quedaron en silencio, sin pronunciar palabra. “Abuelo, ¿cuál de los dos lobos va a ganar?”, preguntó por fin uno de ellos. El anciano le sonrió calmadamente y respondió:”Aquel que yo decida alimentar.”

¿me escuchas o sólo me oyes?


"La naturaleza nos ha dado
dos ojos,
dos oidos
y una boca"
Zenón

El truco de un buen conversador no es ser interesante -saber hablar-, sino estar interesado -saber escuchar-.

Decimos que una persona realiza una escucha activa cuando es capaz de prestar atención de una forma intencionada, dando claras muestras de comprensión y generando empatía.

¿Qué factores pueden interferir en nuestra capacidad de escucha?

Algunos MALOS hábitos no verbales:
- Desviar la mirada
- Movernos demasiado o muy poco
- Apoyar la cabeza en las manos
- Descuidar nuestra postura, perder el equilibrio y la simetría del cuerpo
- Cruzar los brazos, ocultar las manos
- No respetar el espacio territorial del otro

Algunas MALAS actitudes impulsivas:
- Hacer evaluaciones o emitir juicios críticos
- Dar consejos sin que te los pidan
- Tratar de contar nuestro caso o una historia mejor que la que nos cuentan
- Preguntar selectivamente curioseando
- Interpretar retorcidamente las intenciones del otro

¿Cómo hacer una escucha activa?
1. Presta toda tu atención a la persona que habla dándole claras muestras de ello:

2. Repite los puntos clave de aquello que te cuente y que parezca tener importancia para él, así le darás a entender que le vas comprendiendo.

3. No lo interrumpas salvo para demostrar que atiendes o para pedir aclaración de algo que no entiendes.

PENSAMIENTO de OCTUBRE





La vida es como un eco.
Si no nos gusta lo que recibimos debemos prestar atención a lo que emitimos.
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