QUIERO BESOS: petición asertiva , petición inteligente


Hace tiempo una amiga me decía -refiriéndose a sus hijas adolescentes- que ella necesitaba que la besasen; todos sabemos lo ariscos que se vuelven los adolescentes cuando mamá se acerca a hacerles mimos.

¡¡¡¡¡ Claro que necesitamos besos !!!!!

Necesitamos nutrirnos de cariño, con besos, igual que no nos basta mirar una foto de un bocadillo de jamón para dejar de tener hambre.

Y mientras los besos llegan . . . tendremos que ir dándolos nosotros.
Mi amiga tiene en su  móvil esta canción:


A mi amiga, muchos besos de RoSa.

Ruta 66


Este Post es una colaboración de J.A. GONZÁLEZ.

A menudo los sueños se nos aparecen como la antítesis de la vida. Conformamos los sueños con todo aquello que quisiéramos vivir o haber vivido y quedó por unas cosas o por otras, es decir por nosotros mismos, fuera de nuestra ruta.

Los sueños, rodeados con el halo mágico de lo inaccesible,  suelen hacerse más presentes en los momentos en los que la ruta que un día elegimos - por acción o por omisión - se nos hace cuesta arriba. Es como si nos dijesen, “mira lo que te perdiste”. Los sueños quitan mucha energía cuando se empeñan en este odioso papel.

Alguna vez me he soñado haciendo la “ruta 66” con mi coche (las motos me dan miedo), descubriendo estado tras estado de los USA., parando aquí o allí, sin días ni horas, únicamente la carretera y yo.


Este sueño suele sorprenderme haciendo la ruta de la A31 de camino al trabajo y en ese momento busco música de Keb Mo y hago mi “ruta A31”, no es la “66” pero es la mía.

Alguna tarde me he soñado en un poblado africano, al calor del fuego, oyendo viejas historias de boca de los viejos. En ese momento busco música del cantante senegalés Richard Bona y entro en calor con su voz. No cuento las historias como Richard Bona pero rozo el virtuosismo contando el cuento de “Pedro y el lobo”, que es una de las historias que contamos por aquí.

Intento que los sueños no me resten energía. Los adapto a mi vida, les doy la bienvenida y les pido que me acompañen sin molestar. Y si alguno se pone pesado lo convierto en proyecto. Cuando los sueños son proyectos son vida y la vida no incordia.

Tal vez me quede algo lejos la “ruta 66” o tal vez no, aun no es un proyecto; solo es algo que me hace soñar. Un proyecto es el camino de Santiago, y el camino tiene mil músicas para esperarlo mientras él me espera.




Disfrutad mientras soñáis de dos CD maravillosos:

Keb Mo. CD “Slow Down”
Richard Bona. CD “Tiki”




Entornos tóxicos y bienestar

¿Os es familiar esta imagen?

Por desgracia si, ¿verdad? Se trata de chapapote.
Ese fluido contaminante que se extiende de manera imparable, aniquilando todo lo que encuentra a su paso.

¿Quién se bañaría en una playa así?
¿Quién, siquiera, pasearía con una imagen semejante?
Yo no quiero un mar con chapapote.

No quiero chapapote en mi vida.
Pesimismo, negatividad, agresividad, envidia… pura toxicidad.

Pues si; hay personas “chapapote”. Todos conocemos algunas. Seguro que, según leéis este post, estáis poniendo nombre y apellidos.

Extienden su toxicidad allá donde van: trabajo, familia, amigos –si los tienen- vecinos, sala de espera del dentista, cola del cine,…les es indiferente el lugar, las personas o las circunstancias.

Sólo saben ser chapapote.

Destrucción, narcisismo,
resentimiento, frustración,
malhumor, inflexibilidad,
intolerancia, quejas…
pura toxicidad.

El “chapapote”, inexorablemente perturba el bienestar ajeno. Y, a veces, hasta logran contagiarnos.

Pero si yo tenía un buen día –me digo- ¿por qué estoy de mal humor y con malos humos? Ah! Me he encontrado con un “chapapote”.

Ese es el mayor peligro, dejarte contagiar por ese talante gris y agrio, que, sin darte cuenta, se te pega, te impregna y hace que tú también, casi sin querer, seas persona nociva.
 
No, gracias.

En mi vida quiero playas con bandera azul.

Aviso: Si haces click en Más información te encontrarás con una pregunta solo apta para valientes.

cautívate con los borgia

Sancha de Aragón, hija del heredero del trono de Nápoles, es obligada a contraer nupcias con Jofre Borgia entrando así a formar parte de una de las familias más influyentes y temidas de Europa.

Esta novela es un valiente retrato del mundo de los Borgia, de mano de una narradora apasionada, que te seducirá con una perspectiva sorprendente de una época tan esplendorosa como turbulenta.

LA CAUTIVA DE LOS BORGIA
Jeanne Kalogridis
Ed.: Debolsillo 2009

el sonido de la pareja

Este Post es una colaboración de J.A. GONZÁLEZ.

He conseguido convertir el tiempo en el coche en un arte. Ahí encuentro momentos para pensar, para oir música o la radio, para estar conmigo, para aprender. En una entrevista a J.A.Marina, con motivo de la publicación de su libro “Diccionario de los sentimientos” (99), en la que se acabó hablando de las relaciones de pareja y del lenguaje,  atrajo mi atención la siguiente idea: la probabilidad de supervivencia de una pareja es directamente proporcional al vocabulario sentimental, al repertorio de lenguaje emocional, que posean ambos en común.

La vida, la realidad que cada uno vive, es tan compleja o simple como complejo o simple es nuestro lenguaje. La posibilidad de que alguien me comprenda no tiene que ver tanto con haber vivido las mismas experiencias que yo como con poseer un lenguaje común que nos sirva de conexión. Estar en sintonía, en una frecuencia de onda cercana.

Imaginemos un “marciano buenorro” que tiene por vocabulario sentimental el siguiente: triste, alegre, enfadado, aburrido, divertido. Stop, para qué más.

Imaginemos una “neptuniana buenorra” que cuenta con: decaida, deprimida, desganada, alicaida, triste, eufórica, optimista, esperanzada, irritada, enfadada, hastiada, agobiada, sorprendida, decepcionada, añoranza, abandono…. Y así hasta el infinito y más allá.

También hay marcianos con lenguaje más florido y neptunianas parcas de verbo. En todos los planetas cuecen habas.

Imaginemos que el marciano y la neptuniana se ven “buenorros”, la conexión visual se pone en marcha y… comen perdices. Años después de las primeras perdices ambos pueden sentirse defraudados y pensar que el otro ha cambiado, que ya no es como al principio. “No me entiende”, “no consigo comprender qué quiere de mi”, “no hay comunicación entre nosotros”...

Los buenorros fueron las pobres victimas de un trampantojo, de un espejismo, y dieron más importancia a lo que vieron que a lo que oyeron. En base a ello comenzaron a dar por supuesto que podían entenderse, que cuando hablaban de ternura, por ejemplo, hablaban de lo mismo. Años después dejaron de comer perdices.

La comunicación en la pareja necesita de un lenguaje común que sirva de base al crecimiento de ambos, crecimiento individual y de la pareja. Un lenguaje común no es una única voz. El todo es algo más que la suma de las partes y en ese todo las partes deben ser reconocibles, perceptibles en su individualidad.

Para muestra un botón. Escuchad “La vacilona”, es bellísima. Dos voces distintas y reconocibles, dos estilos, dos mundos que tienen un lenguaje común, la música, y brillan juntos sin anularse. Tomatito, guitarrista flamenco, George Benson, guitarrista de jazz. Menuda pareja bien avenida. Disfrutad, marcianos y neptunianas.

UN GANADOR


EL AUTOR NOS PRESENTA SU LIBRO:



ES NICK VUJICIC, Y SU LEMA:
"YO NACÍ PARA GANAR"


Después de ver esto:
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¿Playa o Montaña?








  



Estaba yo pensando en las vacaciones de este verano.












Pensar en vacaciones trae buenos recuerdos. Y, como suele ocurrir, los buenos recuerdos llaman a otros buenos recuerdos.

Así, me vi sonriendo al pensar en un chiste que mi abuela, con 95 años, suele contar:

Un joven, en la calle, jugando con una llave entre los dedos. Una chica se acerca y le dice:
- ¿Coche o moto?
- Armario, hija, armario.

¡Bueno, eh!.
Y además, pese a que el chiste tiene casi, como mi abuela, la centena, resulta muy actual con la crisis que corre.

No quiero dispersarme. Continúo con las vacaciones.
Y pensando en ellas me planteaba: ¿playa o montaña?
Mi respuesta: tranquilidad, relax, calma, espacio, tiempo,…

Así que, como el del chiste:
- ¿Playa o montaña?
- Cielo, chicos, cielo.
 Sólo tengo que levantar la cabeza, respirar hondo y contemplarlo.

Con el color del mar y la fuerza de la montaña.

Siempre está ahí. Al alcance de todos. Para nuestro disfrute.

Tranquilidad, relax, calma, espacio, tiempo,…
¿Se puede pedir más en vacaciones?

A veces, cubrir tus necesidades es cuestión de saber mirar.
Y si sabes dónde mirar, puede que tus expectativas se vean superadas.

Un Mantra Marinero

Este Post es una colaboración de J.A. GONZÁLEZ.

Querida, heroica y nunca bien ponderada en su valía, madre de adolescente:

Consciente de las dimensiones desquiciantes de la empresa en la que un día, de repente y sin previo aviso, te viste metida mientras tranquila y cantarina ibas de la cocina de tu casa a tu dormitorio, quiero ofrecerte, a modo de bálsamo de feriante, un truco oriental que quizá no solucione pero si calme muchos de tus males. ¿Quién por tan poco da más? Señoras presten atención, que no siempre se encuentra en aquesta villa sanador más famoso y resolutivo, a la par que atractivo.

RECETA CUASIMILAGROSA Y MUY MARINERA:

(1) Pensad que el trabajo ya está hecho. “Ese, el de los granos” es un barco que se fue construyendo durante muchos años en el astillero de la familia. Enhorabuena ingeniera naval, aunque el barco no sea exactamente como pensabas.
(2) Como sabéis, mis buenas amigas, los barcos no están hechos para el dique seco y necesitan terminar su construcción navegando.
(3) Lo sorpresivo es que este barco, obsesionado con la maquinita depiladora, ha pasado sin anestesia, de la placidez del puerto a la tempestad más horrible (hormonal, mental, vital, sentimental, estética…). ¿Es pasajera la situación? Más vale que vayáis admitiendo que se quedará en la tempestad un tiempo. Menudo alivio, diréis, pero…
(4) He aquí lo maravilloso, agarraos a este mantra, a esta imagen, como a un salvavidas: “soy un faro, soy un faro, soy un faro…”  
(repetir tantas veces como sea necesario para evitar males mayores, por ejemplo… asar quinceañera con el secador del pelo… infartos paternales mirando el reloj…fumigar leonera con pentotal sódico…).
(5) Convenceos de que sois faros sólidos, luminosos, magníficos como el faro de Alejandría. Sabéis cual es vuestro papel, orientar, bien, y sabéis donde está el puerto, bien. Si no lo sabéis, mal, corriendo a pedir ayuda, que ya estáis tardando.
De acuerdo, a veces nos golpean olas de diez metros o más y parece que el faro se va a caer… tranquilas, recordad… “soy un faro, soy un faro, soy un faro”. Recordad que el barco que ayudasteis a construir os necesita, aunque de momento en la tormenta a veces no os vea. Cosas del mar.
(6) Por Dios, si sois un faro no os mováis tanto. Los faros no se mueven. Bastante tiene el barco con la tormenta. Si el barco se mueve y el faro también, naufragio seguro. Vuestro papel: aguantar el oleaje que golpea, confiar en la estructura del navío y seguir siendo quien sois y queriendo como queríais, aunque las olas a veces duelan.
  
“Lejos es un lugar al que vamos para crecer, para creer, para llenarnos de experiencia, de vida, o para saber que debemos volver. Cuando en nuestro camino vamos lejos no hay nada que perder. Pues yendo allá, lejos, ese lejos de cada uno, es donde nos encontramos a nosotros mismos”. Marisol Rozo. 

Ellos necesitan encontrarse, y nosotros a lo nuestro… soy un faro, soy un faro, soy un faro…ommmmm….ommmmm. Suerte amigas… y amigos.

Las manos de George Benson


Este Post es una colaboración de J.A. GONZÁLEZ.
La vida es una sucesión de trenes que pasan una única vez. Puede ser que hoy mismo pase un tren parecido a éste que pasó pero ya será otro tren, nunca el que se marchó. Nos engaña su similitud y la absurda certeza de que estaremos cuando pronto pase otro. También hay trenes que pasan y no son nuestros trenes. Vivimos en un andén.

Recuerdo una tarde de julio del 2.001. Esperaba junto a unos amigos el comienzo de un concierto del cantante y guitarrista George Benson. Soy fan incondicional de Benson desde la adolescencia y nunca imaginé que me pasaría lo que esa tarde ocurrió.

Sentados en la terraza de una cafetería, acariciados por la tarde y el olor del mar, vimos pasar una persona con un rostro muy familiar y… “Oye, ¿es ese George Benson o se le parece mucho?”… “No, no, es el mismísimo Benson”… Salté como si tuviese un muelle y me dirigí a él absolutamente nervioso, balbuceé y él me ofreció su mano… Con gestos le dije que no y que esperase, y salí corriendo a buscar un papel y un bolígrafo dentro de la cafetería. Recuerdo como quedó paralizado sin explicarse mi negativa y mi conducta. Esperó divertido y cuando regresé me firmó un autógrafo y se marchó sonriendo. Esa noche el concierto fue genial. Años después aun no me he decidido a enmarcar el autógrafo (de la rabia lo tengo prisionero dentro de una biografía de Bach). Quise algo material y lo conseguí, pero siento una inmensa rabia al pensar que en mi memoria nunca vivirá la huella de esas manos que tanto admiro.

Subí a un tren que no era el mío y deje escapar el tren que esperaba. Los nervios del momento, la falta de atención y conciencia, me impidieron vivir, disfrutar, algo muy especial. Hoy estoy atento a los momentos con sabor a sol y ante ellos ralentizo el tiempo. Busco destellos de luz para gozarlos y, a fuerza de buscarlos, tengo la seguridad de dar con ellos.

Atención y conciencia, tiempo detenido, vida. Hacer cotidiano al sol nos impide disfrutar del sol. Goza la luz del día, dice el clásico. Goza la luz de este día, de este instante irrepetible. Saborea a conciencia la vida, acaríciala, huélela, mírala, escúchala. No importa que se nos escape algún tren, esperar cada día en la estación a que llegue nuestro tren es muy hermoso.

OCASIÓN PERDIDA
A George Benson, a sus manos.

Anhelas durante toda la vida
mantener firme tu voz y segura,
más cuando menos te habita la duda
de por qué aliento tu alma respira.
Esperas con ilusión el momento,
sueñas la oportunidad, lo que harías,
aquello tan pensado que dirías,
clara voz, espejo del sentimiento…
para en la ocasión quedar varado,
asustado tenor de lengua tiesa,
puro temblor de cantor noqueado.

Es la vida un caudal, río sin presa,
que pide, cuerdo seas o enajenado,
cribar de ella lo leve y lo que pesa.

                                               J.A.González.


Peldaños de Futuro


Sé que en estas fechas muchos de vosotros estáis encerrados en casa, con la cara pálida, y que los fines de semana no os ducháis para evitar la tentación de salir a dar una vuelta con los amigos.
¿Y ese encierro voluntario? ¿a qué se debe? EXAMENES.

El curso finaliza y hay que dar el último empujón y echar el resto.

Viendo esta ilustración de Pawel Kuczynski pensaba en los chicos y chicas que deciden cubrir sus necesidades inmediatas con inmediatez.

En aquellos que en estos días están "quemando los peldaños" que les permitirán llegar a su futuro.


Recuerda que tus peldaños de futuro son:

el buen uso que hagas hoy de tu tiempo,
las ganas de dar lo mejor en cada tarea que inicias,
el empeño en finalizar lo que comienzas,
la confianza en ti mismo y tus capacidades,
la voluntad para con tus responsabilidades,
el saber decir “no”,
el asumir las consecuencias de tus actos,…

El futuro es incierto, me diréis. ¿Y si detrás del muro no hay nada? El esfuerzo habrá sido inútil. No habré disfrutado de ese momento confortable y calentito que me brinda la escalera, y todo a cambio de qué.

Carpe diem, vive el momento.

Pero en estos días, ¿qué toca? ¿Cual es el carpe diem de hoy?

El futuro no está al final de la escalera. Tu futuro es la opción que estás tomando hoy con cada uno de los peldaños que la vida te ofrece.

Al otro lado del muro encontrarás el sentido que, hoy, estés decidiendo dar a tu escalera.

Carpe diem, vive hoy tu futuro.

Niveles de Comunicación



¿Por qué a veces nuestras palabras parecen que caen en saco roto?
¿Por qué a veces, más de las que queremos, hablamos sin conseguir influir en nuestro interlocutor?
¿Qué magia tienen algunas personas que son escuchadas, comprendidas y seguidas por los demás?

Pues, queridos amigos, menos magia y frustración  y más entrenamiento en comunicación.

La clave está en saber manejar los dos niveles en los que nos podemos comunicar.
Uno es el racional. Aquí mi diálogo es lógico, objetivo, sin implicaciones del emisor ni involucración con el receptor. Presentamos datos, hechos, información aséptica, frases clichés.
Os imagináis si ante mi saludo de “buenos días, ¿qué tal?” alguien me contestase: “pues fatal, esta mañana no me arrancaba el coche y he tenido que llamar a la grúa”  Seguro que semejante respuesta me descolocaría; y es que, yo estoy saludando desde un nivel racional y me están contestando desde otro nivel: el emocional.

Cuando hablamos a nivel emocional lo hago desde mis pensamientos, sentimientos, criterios y valores. Es un nivel subjetivo y personal. Y es, cuando me comunico a este nivel, cuando creo conexión con mi interlocutor, cuando llego a sus pensamientos, sentimientos, criterios y valores. Desde aquí surge la posibilidad de influir.

Cuando hablo mi objetivo es calar en mi interlocutor, tener efecto en él, afectarle.
Y esto lo conseguimos cuando nos comunicamos a nivel emocional.

¿Cómo expresarnos a este nivel?  Es fácil, sólo hay que entrenarse en pautas como estas:

  1. Personaliza tu diálogo. Llama por su nombre a la persona con la que hablas. No hay nada que nos suene más melodioso que nuestro propio nombre.
   No es lo mismo decir: “lo que tu has dicho me parece interesante” que decir:” Isabel,   lo que has dicho me parece interesante”.

  1. Armoniza tu diálogo. Expresa tu opinión como lo que es, una opinión y no un hecho irrefutable.
    Si quiero producir tensión, rigidez en quien me escucha y reacciones defensivas, no hay como decir: “en este despacho es imposible trabajar”. En vez de esto, podemos decir:”desde mi punto de vista, con tanto ruido, en este despacho es difícil trabajar”. Estoy manifestando mi opinión pero sin impedir que el otro manifieste la suya, sobre todo si ésta es diferente.

  1. Concéntrate en escuchar. Escucha con todo el cuerpo. Escuchamos cuando miramos, asentimos con la cabeza, preguntamos buscando aclaraciones y más explicaciones, empatizo poniéndome en el lugar emocional de la otra persona: “qué mal lo tuviste que pasar” “menuda alegría la visita inesperada de tu hijo”…

  1. Utiliza palabras con carga emocional positiva. Si queremos conectar desde la emoción exprésate desde la emoción, pero desde la emoción positiva. Seamos lentos a la cólera y controlemos nuestros momentos de ira  de la misma manera que aprendemos a derrochar emoción positiva con palabras que así lo expresen.

Si quieres influir en la persona a la que te diriges, pon en marcha estas pautas, entre otras que ya iremos comentando.

Practica el nivel emocional y verás como tu comunicación comienza a ser más efectiva.


 

MANDALAS


¿Y esto qué es?

Se llama MANDALA, que significa círculo o centro. Alrededor de un punto central definido y estático se suceden formas, representaciones esquemáticas y simbólicas. Dentro de las múltiples técnicas de relajación orientales, se encuentra la de pintar mándalas.

Esta técnica de relajación no requiere ninguna disciplina expresa, simplemente elegir uno, mirarlo unos segundos y comenzar a colorearlo según nuestros propios gustos estéticos.

El mandala está dirigido a  personas de cualquier edad –yo misma tengo mi carpeta de mandalas y mi caja de lápices de colores, muchos colores, para pintar-.


Sé que este blog lo siguen much@s maestr@s, y nadie mejor que vosotros para contarnos los beneficios en el ámbito cognoscitivo: desarrollando la atención, concentración, psicomotricidad fina, pensamiento divergente,…

Los mandalas están al alcance de todos. Os dejo enlaces donde podéis encontrar mandalas para imprimir y colorear:


En este último enlace encontrareis los mandalas en “Fichas Mejora de Atención”.
Por cierto, este es un fantástico blog para padres y maestros de infantil y primaria.

Un consejo: No empieces un mandala dejando otro a medio hacer.
Otro consejo: Ponte música relajante o, simplemente, la música que a ti te guste.

¡A disfrutar con los mandalas!

dime ven



Hoy os presento un libro que, pese a su reciente aparición, Marzo de este mismo año, ocupa un lugar destacado en las listas de venta.

"Si tú me dices ven...." es, no sólo un libro digno de ser comprado, sino además se merece nuestra atenta lectura. Es de esos libros que requieren lápiz en mano; y es que nos invita a destacar frases para la reflexión.

Os dejo el enlace donde la periodista Concha García Campoy hace una interesante entrevista al autor presentado este libro:

http://blogs.telecinco.es/elblogdelacampoy/2011/05/04/

El Líder


Para todas las personas que tienen personas a su cargo: padres, madres, educadores, jefes, jefes de jefes, entrenadores, monitores, cuidadores, coordinadores, hermanos mayores,.....

"TITANES"
Excepcional película para trabajar LIDERAZGO.
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